Los 6 puntos básicos para elegir escuela
La comunidad
Investiga quiénes son los padres de los niños. Una sugerencia es ir en plan espía a las horas de la entrada y la salida, a ver quién entra y sale de la escuela, qué coches llevan, cómo van vestidos, etc. Si te atreves, pregunta a otros padres cómo es la escuela, por qué tienen allí a sus niños, qué les gusta y qué no. Trata de imaginarte en una junta o en una fiesta de cumpleaños con ellos. Si no eres católico, tal vez no sea buena idea llevar a tu hijo a una escuela católica, y si lo haces, prepárate para las diferencias ideológicas entre casa y escuela. Si no tienes nada que ver con Alemania, Japón o Francia, tal vez no sea la mejor idea meter a tu hijo al alemán, al japonés o al francés, a menos que aprendas el idioma y la cultura. Busca una escuela que coincida con tu nivel socioeconómico y tus ideales éticos.
La cabeza de la institución
Conoce al director o directora de la escuela. Debe de ser un buen educador: con una pasión contagiosa por los niños, que inspire confianza, que sepa comunicarse bien, que no diga groserías o barbaridades. O simplemente, que te dé una buena impresión, aunque sea subjetiva o intuitiva. Si la dirección es un comité, también es recomendable conocer a todos sus miembros.
El edificio
Las instalaciones deben facilitar el aprendizaje. No tiene que haber computadoras y pizarrones electrónicos en las aulas, pero sí buena luz, ventilación y mucha limpieza. Es preferible que el edificio se haya construido ex profeso como escuela, o si no, que la remodelación haya sido exitosa. Pregunta cuánto invierten al año en mantenimiento. Una referencia de lo que se valora más en esa escuela es saber en dónde invierten: si en pintar el exterior o en arreglar los baños, por ejemplo. Si no te saben responder, es mala señal.
Personal académico
Estás en tu derecho de saber quiénes son los maestros de tus hijos. Pedir el currículum de los maestros no debería ser problema. Pregunta por el proceso de contratación, siempre con delicadeza. Otro dato que te puede servir es saber si hay mucha rotación de maestros. Con la excepción de las escuelas biculturales, en las cuales muchos maestros son extranjeros y vienen a México a pasar un par de años, en general es preferible que los maestros sean de los que permanecen, porque su compromiso con la comunidad es más personal y trascendente.
La distancia
Que la escuela no esté a más de media hora de tu casa. Haz la cuenta de las horas que tú y tu hijo perderán en los años que dura la escuela.
Programa educativo
Todos los maestros de México salen del mismo lugar (la Normal de Maestros). Con excepción de las escuelas Montessori, el programa educativo es más similar que diferente en todas las escuelas. Para saber qué otros programas o implementos extra tienen, puedes preguntar qué libros aparte de los de la SEP llevan los niños, y qué tipo de educación continua reciben los maestros (cursos de actualización, de psicología, de idiomas, etc.)
¿Cambiar de escuela?
Si a tu hijo ya lo “catalogaron” como fracaso escolar, si la relación con los maestros no es buena, si sus calificaciones dejan mucho que desear, tal vez el niño no es para esa escuela. Eso aunque algunas escuelas nunca reconocerían que no pueden manejar a ciertos niños, y por lo tanto no recomiendan el cambio (el niño es también fuente de ingresos para la escuela).
Los indicadores para pensar en un cambio son muy claros: algunos niños somatizan su malestar; otros de plano te dicen que no quieren ir a la escuela, muestran comportamientos antisociales, están tristes, muy nerviosos o malhumorados. En este caso, lo primero es consultar a un especialista —un psicólogo especializado en crianza—. A veces el problema no es la escuela sino los padres, pero si el doctor establece que un cambio puede ser positivo, busca una escuela más adecuada. Esto a veces puede ser traumático, pero no te preocupes: la mayoría de las escuelas dejarán que tu hijo pase unos días de prueba en ellas.